04 diciembre 2025

Dos desafíos: Alessandra y Grecia.

Dos desafíos: Alessandra y Grecia.

Cada elección trae consigo la promesa de un cambio. Cambian los rostros, los partidos y los discursos, pero ¿cambia realmente la forma en que se ejerce el poder? A pesar de las transiciones y las alternancias, ciertas dinámicas parecen inmutables, como si respondieran a una fuerza más profunda que la ideología. 

Alessandra de la Vega. Fuente: Internet

Los eventos políticos recientes en México, protagonizados por nuevas y ascendentes figuras, nos ofrecen un claro espejo de estas reglas no escritas. Este análisis revela cuatro de esas incómodas verdades que la política actual nos demuestra.

La tesis central es simple y contundente: da igual si gobierna el PRI, el PAN o Morena, porque una vez que alcanzan el Poder, su comportamiento es esencialmente el mismo. La historia reciente lo confirma. 

Todos los grupos, sin importar su color, buscan someter a los otros poderes. El objetivo es siempre el mismo: controlar al Poder Judicial y a las fiscalías para consolidar la autoridad del Ejecutivo. No es una invención moderna; es una regla. Lo hacía Porfirio Díaz con su Secretaría de Justicia, y la tradición continúa.

Grecia Quiroz. Fuente: Internet

Resulta irónico. Antes, todo este grupo que hoy es Morena —y lo digo como alguien que votó por ellos en 2018 y, por tanto, soy fundador de Morena por haber depositado mi voto para ese primer triunfo— peleaba desde la oposición para que la fiscalía no fuese nombrada por el presidente en turno. Ahora que están en el poder, ahora lo hacen. Simplemente se intercambiaron las posiciones.

Antes lo hacía el PAN o el PRI, ahora lo hace Morena. Punto. No hay más que añadir.

Dos casos paralelos ilustran perfectamente esta regla: Alessandra de la Vega, alcaldesa de Cuauhtémoc, y Grecia Quiroz, símbolo de resistencia en Michoacán. Ambas son mujeres jóvenes, figuras políticas en ascenso y con un futuro prometedor, una por la derecha y otra por la izquierda. Y es precisamente su creciente notoriedad y su potencial para competir por gubernaturas en 2027 y 2030 lo que las ha convertido en un blanco para el poder central.

A De la Vega se le persigue y acosa. La situación ha llegado a tal punto que, siendo alcaldesa en funciones, tuvo que gritar y levantar cartulinas en un evento público porque se le negaba el uso de la palabra. 

A Quiroz, el impresentable de Noroña le propina un "descontón brutal, ese mazazo con garrote en la cabeza", llamándola fascista.

¿Por qué? Porque Grecia Quiroz se ha convertido en un símbolo de resistencia en dos frentes: contra los gobiernos de Morena y contra el crimen organizado en Michoacán. 

Ambas mujeres, Alessandra por la derecha y Grecia por la izquierda, son vistas por el poder establecido no como una renovación saludable, sino como una amenaza que debe ser contenida. Entre más crecen en los medios y las redes sociales, más ataques y más "frío político" recibirán.

Las acciones actuales del gobierno de Morena son un eco casi perfecto de las prácticas del PRI de antaño. El método es el mismo: el sometimiento de cualquier otro poder para que en la cúspide solo quede la figura presidencial del Ejecutivo.

Cuando gasean, reprimen y encarcelan a los jóvenes de la generación Z en 2025, en la práctica le están dando la razón a Gustavo Díaz Ordaz sobre cómo funciona el poder público. Esta dinámica confirma una de las tesis más desoladoras de la política, el que la historia no avanza en línea recta, sino en círculos: la historia es la misma siempre y que solo se intercambian los nombres propios. Y ésta es la tesis del blog

Un contraste poderoso revela esta verdad. El expresidente estadounidense Trump, después de haber trabajado activamente en contra del nuevo alcalde de Nueva York, lo recibió sin problemas una vez que ganó la elección. 

En México, la presidenta Sheinbaum se niega a recibir a Alessandra de la Vega, la alcaldesa de la demarcación donde se encuentra Palacio Nacional.

Este gesto demuestra que la presidenta aún no se asume como presidenta de todos los mexicanos, sino que actúa como la líder de un grupo. Esta falta de diálogo, que se extiende contra los líderes legislativos del PRI, PAN y MC, no es nueva. Es una continuación del estilo de su predecesor, pero con un matiz más severo: no es que no quiera hacerlo, es que tiene prohibido hacer algo como eso. Un encuentro con la Oposición simplemente no va a ocurrir.

Es que el Poder es gran Palabra. Al final, todo se reduce a la lógica inmutable del Poder. Tiene sus propias reglas, su propia gravedad, y no importa quién lo ejerza. 

Las ideologías y los partidos son solo los trajes que visten los actores de turno, pero la obra es siempre la misma. Se trata de "el Poder, que es gran palabra", y una vez en el escenario se comporta igual.

Para quien desee profundizar en la mecánica de la dominación, recomiendo dos lecturas: La pasión del poder de José Antonio Marina y El poder en escenas de George Balandier, que explora cómo el poder es, en esencia, representación y escenografía.

Esto nos deja con una pregunta fundamental: si el comportamiento del poder es cíclico y predecible, ¿estamos simplemente eligiendo quién manejará la misma maquinaria de siempre, o es realmente posible cambiar las reglas del juego?

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