04 diciembre 2025

Fátima y Ernestina, dos mujer que recorren el mismo camino.

Fátima y Ernestina, dos mujer que recorren el mismo camino.

El Guion Secreto del Poder: Dos Mundos, un Mismo Juego.

Recientemente, hemos presenciado dos eventos que, a primera vista, no podrían ser más distintos. Por un lado, la coronación de Fátima Bosch como Miss Universo en un certamen internacional lleno de glamour. Por otro, el proceso de designación de Ernestina Godoy como Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, un nombramiento de profundo calado político. Separados por la geografía, el propósito y el escenario, ambos sucesos habitan universos paralelos.



A primera vista, las similitudes son superficiales: dos mujeres, dos procesos electorales, dos jurados deliberando para otorgar un título. Pero la conexión es mucho más profunda, y la pregunta central es inevitable: 

¿Qué posible vínculo puede existir entre un concurso de belleza y un nombramiento político de tan alto nivel? La respuesta puede sorprender y revela una verdad fundamental sobre cómo funciona el mundo. Aunque parezcan procesos opuestos, ambos están íntimamente conectados por la naturaleza inmutable del Poder, un juego cuyas reglas no cambian, sin importar quiénes sean los actores.

Ambos casos son, en esencia, representaciones de la misma obra dramática. Demuestran que el Poder, ya sea económico o político, sigue un guion universal escrito hace siglos, y que lo único que cambia es el vestuario en el escenario.

Hay 4 Descubrimientos Sorprendentes sobre el Poder.  Al analizar estos dos eventos bajo la misma lupa, emergen cuatro revelaciones clave que desmontan nuestras ideas preconcebidas sobre cómo se obtiene y se ejerce la autoridad en cualquier ámbito.

El primer y más importante planteamiento es que el Poder es uno solo. Opera bajo las mismas reglas fundamentales sin importar el contexto, la ideología, la geografía o la época. Este "guion" universal fue sistematizado hace más de 500 años por Nicolás Maquiavelo en su obra fundamental, El Príncipe

Las reglas descritas por Maquiavelo aplican por igual a partidos políticos tan diversos como el PRI, el PAN o Morena, e incluso a sistemas autoritarios como el fascismo italiano o el nazismo alemán. Aunque estos movimientos no existían cuando se escribió El Príncipe, las mecánicas del poder que describe los permean a todos. El Poder es una fuerza que trasciende las etiquetas.

El Poder es uno solo. El Poder es una obra dramática cuyo guion lo escribió Maquiavelo en El Príncipe. Ahí escribió el guion y de allí todo lo que viene son representaciones de ese guion. No importa quién ejerza el poder, el poder siempre es el mismo. 

Tanto en el caso de Miss Universo como en el de la Fiscalía General, el resultado final era un dato conocido de antemano. Este fenómeno se conoce como la "teatralización del poder", un concepto analizado por el teórico George Balandier en su trabajo sobre la escenificación del poder, el cual explora la "representación del poder" y "el poder de la representación". No asistimos a una competencia real, sino a una escenificación cuyo desenlace ya está escrito.

El proceso de designación de la Fiscal General es un ejemplo claro de esta dramaturgia. La lista de aspirantes se redujo de más de 250 personas a 43, luego a 10 y, finalmente, a tres y finalmente a la ganadora predestinada. Este complejo ir y venir de listas no fue más que una "pura simulación" diseñada para dar una apariencia de legitimidad a una decisión ya tomada. Este mismo proceso teatral, donde el resultado estaba cantado, ocurrió de forma análoga en el certamen de belleza, creando un paralelismo ineludible entre ambos mundos.

La analogía más evidente entre ambos eventos es la figura del jurado. En el concurso de Miss Universo, este grupo está compuesto por modistos, exreinas de belleza y personalidades del espectáculo. En el caso de la fiscal, el "jurado" fue el Senado de la República. Sin embargo, la composición del jurado es la forma; lo que importa es el fondo.

La función real de ambos jurados no era deliberar, sino ejecutar una decisión preestablecida. En ambos casos, el grupo que elige estaba fundamentalmente alineado con una de las candidatas para asegurar su triunfo a cualquier precio. Esta alineación responde directamente a los dos tipos de poder en juego: una alineación con el poder económico en el caso de Fátima Bosch y una alineación con el poder político en el caso de Ernestina Godoy.

Político o Económico, al Final es el Mismo Poder. Aunque las fuerzas impulsoras detrás de cada victoria parezcan distintas —el poder económico en el mundo de la belleza y el poder político en la arena gubernamental—, en el fondo son simplemente dos manifestaciones del mismo poder singular. Este es el punto de convergencia final.

El poder no tiene color, sabor, geografía, latitud o longitud; es una entidad única y universal que se adapta al contexto pero cuyas reglas no cambian. El Poder es el Poder. Quien lo ejerza lo va a ejercer de la misma manera.

Por ello, Fátima Bosch y Ernestina Godoy, a pesar de todas sus diferencias evidentes —edad, actividad profesional, geografía—, siguieron el mismo procedimiento para alcanzar sus respectivos títulos. Una fue impulsada por el Poder económico y la otra por el Poder político, pero ambas fueron actrices en la misma obra, siguiendo el mismo guion.

Vemos la misma obra, vemos diferentes actores. La coronación de una reina de belleza y la designación de una fiscal nos enseñan que los mecanismos del Poder son constantes y universales. Lo que presenciamos a diario en la política, los negocios, la familia o la cultura no son más que representaciones de un guion antiguo, una teatralización donde los roles y los escenarios cambian, pero la trama permanece intacta.

Al comprender que el poder opera bajo estas reglas inmutables, podemos ver más allá de la superficie de los acontecimientos. Esto nos deja con una pregunta final para la reflexión: si el guion del Poder es siempre el mismo, ¿estamos destinados a ver la misma obra repetirse una y otra vez, sin importar quiénes sean los actores en el escenario?

:::


No hay comentarios:

Publicar un comentario